Stonewall era un bar decadente al cual asistía la comunidad gay* de Nueva York, no era el único y no era un refugio, sin embargo era un espacio de encuentro para todas aquellas personas, que en ese momento, compartían múltiples vulnerabilidades (violencia, rechazo, pobreza, exclusión). La policía realizaba redadas de manera sistemática y en una de esas ocasiones, en 1969, por primera vez hubo una respuesta masiva frente a la policía.
El mito dice que hubo una persona que inició la revuelta al lanzar algo (un ladrillo, una botella, una bomba molotov). Este acto le ha sido atribuido a algunas activistas, que en ese momento se autodenominaban drag queens (hoy mujeres trans), como Silvia Rivera o Marsha P. Jonhson.
En aquel entonces, estas mujeres trans fueron clave para resistir y sobrevivir el rechazo que recibía toda la comunidad gay, pero al mismo tiempo, esta comunidad no se hacía cargo de las condiciones de precariedad en las que, cualqueira que no fuera hombre gay, debía sobrevivir.
El levantamiento de Stonewall inició el movimiento de liberación gay, y en su primer aniversario se convocó a una marcha. Esa es la razón por la cual cada junio tenemos una Marcha del Orgullo en muchisimas ciudades del mundo, incluyendo San José. Pero sobre todo, fue el inicio de una lucha sistemática para reclamar el acceso a derechos, a mejores condiciones de vida, al reconocimiento.
Los hechos que sucedieron en 1969 también hablan de cosas que suceden en el presente: la transfobia, el racismo y el clasismo no permiten que la lucha por el reconocimiento de lo diferente se concrete.
“He estado en la cárcel, he sido violada y golpeada muchas veces, he peleado con hombres, hombres heterosexuales (…) me rompieron la nariz, perdí mi trabajo, perdí mi apartamento por la lucha por la liberación gay… y ¿es así como me tratan? Piensen en eso. Yo creo en el gay power, yo creo en la legitimidad de nuestros derechos, sino no estaría ahí peleando por que los reconozcan.” Palabras de Silvia Rivera posterior a la Marcha del Orgullo, 1973.
Esvin Alarcón Lam, Erupción Lavanda, 2019
Comments